
“Con el mantener mi espacio sola, ser mamá soltera y dar la pelea todos los días por sostener a mis hijas, ya hago feminismo”
El agua caliente y que el mate corra fue una de las ideas que dieron nombre a esta ONG en Licanray, la cual lleva un año y medio gestionandose. Sin embargo, las luchas que motivan a sus participantes anteceden su formación como colectiva: la vivencia de la maternidad, la negligencia del sistema y la necesidad de gestar redes para enfrentar las problemáticas de muchas mujeres en el territorio fueron el impulso. Infonovena conversó con la presidenta de Colectiva La Tetera, Jeannette Orellana Gómez, en el marco de este marzo feminista y relevar roles de diversas mujeres en la región, reflexionando en torno a la precarización del trabajo comunitario y las luchas que se levantan desde la autogestión.
– ¿Cómo se forma la Colectiva y cómo llegas a sumarte?
– Yo tengo otra compañera, Vivi, que se fue del territorio y las dos desde la necesidad maternal nos vimos encerradas en pandemia, ella con 4 hijos y yo con dos. Desde ahí surge y el nombre lo dice todo: surgió en base a la tetera caliente, compartir el mate, el té, algo muy propio del territorio. Surge desde la necesidad de considerar y pensar que los problemas que teníamos nosotras, al estar encerradas y lo que implica la maternidad, claramente la tenían muchas mujeres más aquí mismo, entendiendo que maternar aquí en el territorio es súper complejo.
– ¿Desde dónde nace tu interés por el trabajo comunitario?
– No sé si lo tengo tan definido la verdad. Siento que pasa por un rollo súper personal, desde la historia con mis hijas, que me acercó harto a la calle, a recorrer las calles de Lican, saber donde está la pobla, la vulnerabilidad en el fondo de Licanray y desde diversas situaciones que pasé con mi hija entendí que hay muchas personas que están en la misma, y el sistema público no te ayuda. Al contrario, es súper violento cuando tienes un problema con tus hijos. Desde ahí surge, de entender que si me estaba pasando a mí, le iba a pasar a un millón de mujeres más que deben
estar solas en un sistema que de por sí es violento.
– Desde la colectiva y para quienes no la conocen, ¿cómo definirías la ayuda que entrega a éstas y otras problemáticas?
– La base de todo es un enfoque de niñez y crianza porque los adultos ya estamos jodidos, no hay mucho que hacer. Pero la semilla de los niños es la que debemos saber sembrar de otra forma y entregarles herramientas. Yo creo que todo pasa por la entrega de herramientas porque las hay por todos lados, pero los niños cuando están solos y a la deriva toman lo que pueden nomás, y ahí es donde los perdemos básicamente. Nosotras como agrupación gestionamos una gran variedad de talleres que abordan la primera infancia y adolescencia, bombardeadolas con talleres y generando contenciones en mamás y papás, porque no podemos apuntar solo en los niños. Por ejemplo, en el tema del medio ambiente, no puedes generar conciencia a un niño si cuando llega a la casa los papás actúan de otra manera. También se trata de persuadir al núcleo familiar. Ahora, durante el verano, hicimos un taller de circo teatro. Tenemos trapecio, tela, malabares , monociclo y todos los niños aprenden. La dinámica en que se genera el taller es lo importante, porque es super fácil enseñar, pero buscamos vincularnos con ellos. Por ejemplo, tenemos una niña en una situación de vulnerabilidad considerable que requiere de que yo la vaya a buscar y a dejar a la casa, incluso nos pregunta si le vamos a dar almuerzo. Ahí entendemos que los talleres son realmente necesarios porque entregamos colación y los niños esperan el momento de la convivencia y merienda. Acá en Licanray no se visibilizan estos temas y no hay espacios […] En el fondo en esa lucha estamos, en visibilizar las problemáticas de los niños, que debemos entregarles herramientas y que todo esto es un ciclo en el cual puedes reducir la delincuencia, el consumo de drogas y un montón de cosas.
– ¿Cómo se ha desarrollado el diálogo de la colectiva con la institucionalidad y qué complejidades han enfrentado?
– De partida, el machismo. Hasta incluso mis propios compañeros que llegan con muy buena intención, pero te encuentras con mucho machismo. Es súper difícil ser mujer en este territorio, yo vengo de Santiago y creéme que ni en Santiago me tocó lidiar tanto con el ser mujer y que a los hombres les moleste que te vean gestionando todo a ti sola y que no tengas más gente atrás. Les cuesta mucho procesar que uno puede sola. Y en la institución pasa también, no te toman en cuenta, no le toman el peso. Ahora, por ejemplo, después de mucho tiempo, y de mucha insistencia, logramos hacer una reunión que es tentativa para el 22 y logramos sentar a todos los departamentos del municipio. Va el alcalde, el asesor, gabinete, departamentos de cultura y artes, todos. Esto surge desde la tetera que ha crecido convocando a diversas agrupaciones […] Vamos con todo el presupuesto y propuestas para que el municipio entienda de una vez por todas que ya Lican no está en el olvido.
– Desde lo que comentas, en torno a que el territorio está invisibilizado y el ser mujer, ¿cómo ha sido resistir desde tu territorio?
– Para poder seguir en la lucha, la única forma es tener a la gente que nos sostiene y las personas que transitan en el proyecto y creen en el. Esta misma gente se encarga de hacer soporte cuando ocurren situaciones, aunque no hemos tenido muy graves porque somos bastante empoderadas, porque es la única forma. Eso he aprendido acá, que uno tiene que alzar la voz aquí, tiene que hablar golpeado porque de lo contrario te invisibilizan, no existes. La única forma de funcionar es esa. Luego de haber pasado esa línea de “oye, estoy aquí y vamos a seguir”, se vuelve un poco más fácil, pero claramente en una primera instancia hay que hablar fuerte porque de lo contrario no es posible.
Recientemente, me ocurrió una situación con un caballero en la que prácticamente me sentí violentada, puesto que no conciliaba que yo fuera mujer y estuviera levantado esto sola. Decía: “¿Pero dónde está toda la gente que trabaja contigo? ¿Cómo vas a hacer todo tú sola?”. “Pero cuál es tu tema”, le dije yo. Había que trasladar una estructura y al tiro “hay que ir a buscar a los chiquillos”. Pero oye, estamos aquí las chiquillas y lo vamos a hacer nosotras. Esos pequeños detalles te hacen ir viendo que es machismo nomás.
– Retomando algunas cosas que has mencionado, y en contexto de la convocatoria de este marzo feminista con memoria, ¿Cuál ha sido la importancia del feminismo a nivel personal y en el trabajo que están realizando?
– A nivel personal es complejo, yo fui víctima de violencia psicológica y física, y cuando tu sales de eso y despiertas de ese trance, la percepción de la vida cambia. No es necesario tener que andar con una bandera para entender que ejerzo el feminismo, sino que con el mantener mi espacio sola, ser mamá soltera y dar la pelea todos los días por sostener a mis hijas, ya hago feminismo. Eso te empodera y lo llevas a lo político, no hay otra forma. La fuerza y el amor salen de la útera nomás.
– ¿Qué te insta a seguir luchando?
– Son muchas cosas. Me mueve, por ejemplo, cuando hicimos las primeras actividades de carnaval para re significar el 31 de octubre, quitando el halloween de encima y renombrarlo “El Carnaval por la Niñez”. Convocamos a todos los niños con sus disfraces, convocamos a algunas cabras que hacían pintacaritas, malabaristas, música y salimos todos juntos. A la semana después, me encontré con un niño mientras trabajaba como artesana, y ahí me dice “hola, tía! -muy emocionado- cuándo se va a hacer el carnaval de nuevo porque no puedo esperar un año, tía. Lo pasé tan bien y nunca había visto algo así en Licanray”. Y ahí lo entendí todo, no podemos no hacerlo. Finalmente, los niños están en un abandono, sobre todo aquí. Los juegos son una vergüenza, no hay plazas públicas para los niños. Desde ahí uno se levanta todos los días para seguir haciendo cosas, porque no las hay. Mi hija chica también se está desarrollando aquí, y lo que quiero para mí lo quiero para todos. Eso mueve La Tetera.
– ¿Qué transformación ha significado para ti la colectiva?
– Completa. Nunca pensé que iba a tener el impacto que tiene. Para mí, la colectiva es todo, casi como que la parí. Hoy trato de buscar trabajo para sostener mi casa y es súper complejo porque ningún trabajo te va a permitir el trabajo de la calle y la gestión social, y en este país, lamentablemente, no es algo remunerado.
– ¿Cómo ha sido para ti lidiar con este doble trabajo, que en el fondo implica ser mamá,
dueña de casa y dirigenta?
– Agotador. Esa es la parte fea de esto y compleja, sobre todo desde lo económico. Destino gran parte de mi día a la colectiva, en ese camino me llevo a la más chica (hija) de 7 años y ella es la más feliz. Pero igual siento que si sigo de pie con esto, a pesar de la adversidad y la precarización económica, yo miro a mi hija y me doy por pagada. Es la hija que me gustaría que fueran todos los niños y niñas de Lican, en términos de las herramientas que tiene. Todo lo que ha aprendido ha sido gracias al transitar conmigo en la colectiva. Pero vamos a seguir dando la batalla, y ojalá se sustente sola la colectiva y no deba salir de nuestro bolsillo con la finalidad de entender que los recursos están, y hay de sobra, pero no están llegando a Licanray. Entonces, ¿dónde están los recursos? En la casa tenemos una habitación habilitada para recibir a alguna mujer que esté pasando una situación de violencia, y fue una situación que expusimos en una carta que enviamos al Presidente, y resulta que la respuesta es que no hay fondos. Sernameg no tiene fondos, ni para educación ni nada. Entonces, desde ahí uno dice no podemos bajar los brazos, porque hemos tenido el caso de una mujer que estuvo secuestrada cuatro días y llegó a La Tetera, y tuvimos que trasladarla a Villarrica, y fue terrible porque no se sentia segura. En Licanray tenemos que tener forma de enfrentar la violencia a la mujer, tenemos que entregar herramientas. Este año, también queremos abordar a disidencias, queremos que se acerquen y nosotros acercarnos a elles. Educarnos desde ahí también, y aprender.
– ¿De qué manera se puede aportar a la colectiva?
– Principalmente, en este momento, estamos recaudando dinero para mantener el pago del espacio. Hay una cuenta, de la tesorera, en el instagram de la colectiva. También recibimos materiales en buen estado, juguetes, repisas, parlantes, muebles, libros y todo lo que sea posible. Mi número de teléfono también está en todas las redes sociales.
Las opiniones vertidas en esta entrada son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no representan, necesariamente, el pensamiento de este medio.
GIPHY App Key not set. Please check settings