
Además de los graves hechos ocurridos en dictadura, en democracia no son pocas las tragedias que ha protagonizado la irresponsabilidad del ejército, las que han costado la vida de jóvenes compatriotas. Probablemente el caso más recordado es el caso de de Antuco en mayo del año 2005, donde 44 soldados y un sargento murieron congelados tras ser obligados a recorrer 20 kilómetros durante una tormenta a 35 grados bajo cero.
Ahora, un nuevo caso viene a engrosar la larga cadena de irresponsabilidad de mando del ejército de Chile; durante el día sábado 27 de abril, falleció el soldado de 19 años Franco Vargas durante un entrenamiento en la comuna de Putre, entremedio de versiones cruzadas de la institución sobre las causas de su muerte.
La madre de Franco, Romyna Vargas, ha denunciado públicamente que su hijo también recibió diversos golpes y fue fuertemente humillado. Habría sido tratado por su superior de “cobarde” y “maricón” al advertir su malestar físico frente a la situación adversa que estaba viviendo la Brigada Motorizada N° 24 Huamachuco de Putre.
Romyna Vargas actualmente exige una segunda opinión respecto a la autopsia, y una investigación sin intervención de la Fiscalía Militar, peticiones que de momento han sido ignoradas, pero que dado los antecedentes del caso se espera que el estado de Chile colabore, a fin de evitar nuevas y mayores responsabilidades políticas y legales.
A estos trágicos hechos, se suma que la misma campaña militar donde falleció Franco, dejó a 2 conscriptos con problemas respiratorios, 2 de ellos internados en estado de extrema gravedad en el Hospital Juan Noé de Arica, al presentar riesgo de amputación de sus extremidades por un shock séptico. Además, que el pasado viernes los familiares de otro joven conscripto que se encuentra realizando el Servicio Militar en la unidad militar de Putre, denunciaron que intentó suicidarse, tras encontrarse en aislamiento.
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